Serapias occidentalis
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Serapias occidentalis es una nueva especie descrita por el botánico holandés Caspar Venhuis en 2006, cuya distribución estaría localizada en el Suroeste Ibérico. En el estudio que realizó, se tomaron muestras de diversas poblaciones de todas las Serapias descritas en Extremadura, así como otras localidades ibéricas y también Europeas. Tras tomar medidas biométricas, variadas, determinó que estas Serapias estudiadas, extremeñas, eran lo suficientemente diferentes de otras Serapias como para considerarlas una nueva especie pues, hasta la fecha, aparecía descrita para Extremadura como Serapias vomeracea subsp. vomeracea. En los tiempos actuales, tampoco es de extrañar que pueda diferenciarse una especie de otra tan solo con valores biométricos, muchas otras especies, también de Orquídeas, se diferencian con menos caracteres comparativos de los que fueron estudiados por C. Venhuis.
Con las claves de identificación, se llegaba a la conclusión de ser una especie de Serapias muy similar a Serapias orientalis. Sin embargo, la distribución de esta especie de Serapias estaba muy alejada del área de muestreo, pues Serapias orientalis solo está presente al Este del Mediterráneo (Grecia y Turquía) por lo que, dada la distancia, no era posible que fueran la misma especie y, por consiguiente, debería ser una especie nueva, llamada Serapias occidentalis en contraposición de Serapias orientalis.
Serapias occidentalis parece ser de origen híbrido entre dos especies, Serapias cordigera y Serapias vomeracea, que ha ido evolucionando, con caracteres compartidos de ambas especies. Ya existe un híbrido entre estas dos especies, denominado Serapias x kelleri, pero C. Venhuis, tras comparar estos híbridos, de primera generación, determinó que tenían caracteres diferentes, incluso contrarios que permiten la separación de ambos.
Según C. Venhuis, Serapias occidentalis es una Serapias de buen porte, de pocas flores (4 de media), grandes y algo laxas, de labelo rojo con pilosidad corta también rojiza o rosada, bastante ancho, sin llegar a las dimensiones de S. cordigera pero de forma similar, algo acorazonado. En posición aplanada, el hipoquilo se monta sobre el epiquilo, teniendo este último una posición hacia adelante o hacia abajo, paralelo al tallo, pero nunca retraído, como suele tenerlo Serapias vomeracea. La callosidad de la cavidad estigmática consta de dos laminillas oscuras, casi negras, más o menos paralelas, con frecuencia divergentes en la base.
Se trata de un taxón muy comprometido, no aceptado por no pocos autores. Es cierto, personalmente he conocido algunas poblaciones de Serapias de Extremadura y, ya en lo poco que he podido ver, he notado una diversidad tan enorme de plantas que, prácticamente, muchas Serapias podrían entrar en las descripciones de Serapias occidentalis. No es raro pensar, pues, que hayan aparecido poblaciones en la zona costera de Cádiz, que podrían ser otra cosa. Partimos de la idea de que Serapias vomeracea es muy estable, morfológicamente, sin embargo, creo que es una especie bastante variable, al menos en las poblaciones ibéricas, según parece ser. Tampoco Serapias cordigera me ha parecido una especie con caracteres constantes, las poblaciones costeras de Cádiz, son una buena prueba de ello. Si añadimos, además, que las hibridaciones se han podido dar a lo largo de los tiempos, una y otra vez, entre los propios híbridos, entre éstos y sus propios progenitores e incluso hasta con otras especies, también variables, como Serapias lingua, el resultado es una amalgama de individuos que son complejos de determinar, si bien, pueden coincidir en muchas medidas biométricas con Serapias occidentalis pero……¿lo serían realmente?.
En la imagen, vista frontal.
- Ver Serapias vomeracea.
- Ver Serapias cordigera.
- Ver Serapias lingua.
- Ver descripción original de Serapias occidentalis
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