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Serapias vomeracea
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Serapias vomeracea es una Serapias de buen porte, no siendo raro encontrar ejemplares que superen los 50 cms. Suelen poseer bastantes flores, y son éstas de un color rojo intenso, hasta incluso agranatado. Sus brácteas son de color grisoso/purpureo con nerviaciones de color oscuro y suelen ser de mayor tamaño que la gálea de la flor. Su epiquilo es de forma lanceolada, prácticamente del doble de tamaño que su hipoquilo, con pilosidad abundante, a menudo canosa en su zona central. La disposición del epiquilo suele ser retraido, es decir, cuelga de la gálea hacia abajo y también un poco hacia atrás, al contrario de la mayoría de las Serapias. Su hipoquilo es de color rojo oscuro y en su base se encuentran dos lamelas más o menos paralelas, claramente separadas.
Se da la circunstancia de que es una especie sobre la que todavía se está discutiendo donde las últimas teorías apuestan por una separación de dos subespecies, una al norte de la Sierra de Guadarrama, que correspondería con la subespecie nominal, similar a las Serapias vomeraceas europeas, y otra al sur de este límite cuyos ejemplares serían más variables y de mayor porte.
Su distribución en el suroeste ibérico es un misterio. Mientras hay citas que la distribuyen en las zonas del literal de Cádiz, Andévalo onubense y Sierras de Aracena, e incluso en la provincia de Sevilla, otros estudios, en cambio, sugieren que ni siquiera está presente en Extremadura.
Todo apunta a que Serapias vomeracea no existe en el litoral gaditano cuyas poblaciones han podido ser confundidas con otras Serapias. En Sevilla es poco probable que esté presente, aunque existen ejemplares que bien podrían pasar por ellas en la Sierra Norte de Sevilla, muy probablemente siendo descendencia hibridada de poblaciones ya extintas. En Huelva puede suceder algo bastante parecido al caso de Sevilla, sin embargo, quizás, solo quizás, sería posible todavía localizar ejemplares en la Sierra de Aracena, hecho éste que habría que intentar.
En Extremadura pocos son los que dudan que no está presente, aquellas teorías que indicaban que no estaba, posiblemente fueran motivadas por el hecho de no encontrar ejemplares como los europeos y, por el contrario, haberse separado en nuevas especies como las llamadas Serapias occidentalis y Serapias maria, algo en lo que no todo el mundo está de acuerdo. Tal es el caso que este mismo año, 2016, un amigo, Angel Sánchez, decidió ir a ver las poblaciones de Serapias vomeracea de Madrid, que se suponen más puras para poderlas comparar con las que él conocía de las poblaciones extremeñas, Serapias vomeracea, S. occidentalis y S. maria. Observó que, finalmente, eran las mismas Serapias salvo que las extremeñas, debido a las condiciones ambientales, eran de mayor porte en todas sus características. En este caso, es mucho mejor leer su publicación directamente.
En la imagen, vista lateral de una de las flores donde se pueden apreciar todos los detalles.
- Ver Serapias lingua
- Ver Serapias parviflora
- Ver Serapias cordigera.
- Ver lámina de labelos y callosidades.
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