En muchas ocasiones, desde un contexto fotográfico, nuestros sujetos requieren un punto de vista bajo ya que nuestros hides o sistemas de ocultación aportan un ángulo de altura excesivo debido, en gran parte, a que el sujeto se mueve por el suelo o por el agua y no tenemos más remedio que "picar" la foto. Personalmente, tengo mi hide habitual preparado para tener un ángulo vertical no demasiado elevado que, junto con una silla muy baja y un visor acodado me ayudan resolver una gran parte de este problema. Sin embargo, no en todas las ocasiones soluciono esta cuestión y no queda más remedio que tumbarse en el suelo y ocultarse. Yo, personalmente, lo llamo "Hacer un Tumbing".
Los métodos más sencillos no son otros que echarnos al suelo y taparnos con material de camuflaje, redes, capelinas e incluso material vegetal de los alrededores. Este sistema está muy bien, además es rápido, pero tiene un gran inconveniente para mí, es preciso estar totalmente quieto ya que todo el material que nos cubre se mueve con nosotros. Parece una estupidez, pero cuando hablamos de horas de espera, al menos yo, tras 20 minutos, no puedo evitar moverme porque ya todo me molesta, los codos, las rodillas, las articulaciones, la piedrecita que se nos ha quedado debajo y que era minúscula cuando la vimos, pero sin saber por qué, ahora era una roca del tamaño de una pelota de baloncesto. Incluso siendo calvo, ¡los pelos me molestan!.
Si tenemos pensamiento de pasar más de media hora tumbado no queda otra que hacerlo con un método de ocultamiento que nos permita, en la medida de lo posible, podernos mover con cierta libertad sabiendo que no seremos detectados.
Ya existen en el mercado hides de suelo, cuando hasta hace unos años, esto lo teníamos que resolver de manera artesanal. Para mi gusto, aunque tienen pinta de ser bastante buenos por lo sencillo, rapidez de su montaje y el poco espacio que ocupa recogido, me parecen un poco caros, de hecho, todo lo que cueste más de 10 euros en fotografía ya es caro para mí, cuando hablamos de una afición que, en mi caso, no me da de comer.
Algunos, realmente son impresionantes (aunque también cuestan 200 euros):
Tumbi-Hide Tragopan Modelo Hokki V2
Hubo empresas que empezaron a ver el negocio que podría haber en todo lo relacionado con la fotografía de naturaleza y, algunas como Buteo Photo Gear, se especializaron en la fabricación de hides, incluyendo en su portfolio, lógicamente, una versión para el suelo, el modelo Falcon (sobre unos 170€ en tiendas):
Tumbi-Hide Photo Gear Modelo Falcon Mk II
Es lo más barato que he visto (los hay más caros), ideal para los que están acostumbrados a que se lo den todo hecho. Sin embargo, con un poco de paciencia veremos que no es complicado hacernos un Hide de Suelo o Tumbing-Hide con apenas inversión y con la satisfacción de hacerlo al gusto, aunque el acabado sea menos profesional.
La idea que tenemos que buscar es la de hacer un hide que busque los siguientes aspectos, que serán los objetivos a tratar de conseguir;
• Que pase inadvertido, que no sea mastodóntico y permita integrarse lo mejor posible al entorno (esto podría ser válido para cualquier hide que queramos construirnos). Con unas dimensiones amplias por dentro, que nos permita movernos sin tocar la tela, pero reducidas por fuera para no asustar a los sujetos a fotografiar.
• Fácil y rápido de montar. Parece que no es importante, pero 15 minutos de montaje se hacen eternos cuando notas que el Sol empieza a asomarse por el Horizonte.
• Fácil de transportar, que no sea preciso llevar porteadores para ello ni un camión, es preciso tener en cuenta que junto con el tumbing llevamos la cámara, las redes, y cualquier otra cosa que usaremos en la sesión, si tenemos que dar 2 viajes al coche para descargar, bien porque sean muchas cosas o bien porque sea muy pesado, ya empezaremos a fallar en el punto anterior; rapidez en el montaje.
Entendiendo cuáles son los objetivos que tenemos que buscar, estoy seguro que cualquiera puede construirse un tumbing, yo os enseño cómo hice el mío, que no es una maravilla y que siempre puede irse mejorando, pero al menos me sirve.
La idea, ¡cómo no! me vino de la inspiración de Javier y Rafael Ramos, pioneros en este mundillo de "háztelo tú mismo que así acertarás con los resultados" y es que, antes de conocerlos, jamás había visto algún invento para fotografiar a ras de suelo. Ellos se fabricaron sendos hides de suelo con la inestimable ayuda de su padre que siempre estuvo con ellos en todas aquellas vivencias de cuando prácticamente estaban arrancando las primeras cámaras digitales. Diseñaron un armazón con varillas de hierro, que se pudiera transportar, montar rápidamente y fuera resistente. Si les preguntáramos ahora, estoy seguro que nos dirían que aún usan estos hides ya que eran indestructibles (daba lo mismo que estuvieran en hierba, arena, marisma o barro). Al armazón de varillas de hierro solo había que añadirle la tela de camuflaje, cortada y cosida a medida. Hoy, seguramente, utilizarían otras telas, pero por aquellos años las telas de camuflaje eran bastante sosas, verdes con manchas más oscuras, no había mucho dónde elegir.
En mi caso, no podía trabajar con hierro, además, me parecía una estructura muy pesada, pensé que usar PVC aliviaría mucho el transporte y sería fácil de trabajar (cortar, empalmar, etc.) y, además, sería barato de conseguir.
Y éste es el objeto de este pequeño "bricotutorial", sobre el tumbing hide que he usado, y que he ido actualizando con el paso de los años.
¿Qué necesitamos?
Bien, por fortuna no son muchos materiales y todos son fácilmente encontrables;
• Tela de camuflaje. Puede comprarse por metros en tiendas de telas, es cuestión de mirar qué nos viene mejor. Debe ser gruesa para evitar transparencias. Las hay también plastificadas que pueden venir muy bien para los días de lluvia, aunque entiendo que también tienen que ser calurosas debido a su falta de transpiración.
• Tubos multicapa. Es el mejor invento que he visto para nuestros menesteres, ¡no sé qué sería sin ellos!. Pueden encontrarse en tiendas especializadas de electricidad y grandes centros comerciales de bricolaje. Se usan exclusivamente para electricidad y tienen la ventaja (la enorme ventaja diría yo) de poderse curvar a voluntad manteniendo la curvatura. Es un tubo muy resistente y los hay de varios diámetros. Yo uso del 16mm, pero también el de 20mm es factible (también es más caro). Cuando uno tiene un tubo de estos en la mano y lo malea al gusto, en seguida se le ocurren miles de usos para el campo.
• Tubos rectos de PVC para electricidad, normales. Podrían servirnos los tubos multicapa, dejándolos rectos, pero dado que el único uso que tendrán será la de soporte en el suelo y valen 5 veces menos, podemos usar éstos ya que no precisarán curvarse.
• Adaptadores para ensamblaje de los tubos rectos. No serían precisos si usáramos solo tubos largos para toda la longitud del tumbing-hide, pero no es posible meterlos con esa longitud en coche alguno por lo que tendremos que cortarlos, al menos en dos partes y ensamblarlos con un adaptador hembra-hembra.
• 6 Abrazaderas (cómo mínimo) y tornillos largos para esos mismos tubos, lógicamente del diámetro acorde a ellos.
• Tacos grandes, tienen que entrar a presión en el interior de los tubos. Son precisos como mínimo 14, 8 para los rectos del suelo y techo, 6 para los 3 arcos que haremos (pero algún arco más no le viene nada mal al tumbing, por lo que serán 2 tacos más por cada arco que añadamos).
• 4 Cáncamos, acorde a los tacos que usaremos, irán en cada extremo de los tubos de suelo, enroscados.
• Pintura (a vuestra elección), si lo consideráis preciso, si vais sobrados de tela, aunque los tubos sean blancos estarán bien tapados.
El Proceso
Lo primero es determinar el tamaño del tumbing y es que, dependerá mucho de nuestras propias dimensiones. Es preciso tener en cuenta, a la hora de comprar los metros de tela, que estaremos estirados y tendremos que dejar espacio suficiente para la cámara y el objetivo que tengamos, ya que éste no deberá salir del tumbing más que lo imprescindible. Que nos metamos en un tumbing y nos salgan los pies por detrás es bastante más sencillo de conseguir de lo que parece. En mi opinión, nuestro tumbing no deberá medir menos de 2 o 2,5 metros (depende de la altura de cada uno) como poco, y tendremos que comprar tela para que sobre. Por tanto, si nuestra intención es hacer un tumbing de 2,5 metros, lo suyo es comprar al menos 3 metros de tela (mejor que sobre a que falte). Mi tumbing es de dos metros y, para mi gusto, es todavía pequeño.
Con todo el material necesario, lo único que tenemos que hacer es empezar con el armazón. Cogemos los tubos rectos que harán los extremos y les damos las medidas apropiadas, ensamblándolos.
En cada extremo de los 2 tubos pondremos un taco de los usados en pared y le atornillaremos un cáncamo a cada uno. Es opcional y no se precisa, pero aparte de evitar que entre barro y tierra dentro del tubo, podremos clavarlos con piquetas al suelo en un día ventoso.
A continuación, cogemos los tubos multicapa y los cortamos de forma que podamos hacer un arco con ellos y nos permita tener una altura tal que no sea excesivamente escandalosa, pero suficiente para no tocar el techo con la cabeza.
Cogidas las medidas de los arcos, cortamos los tubos que precisemos, 3 cómo mínimo, el máximo al gusto, cuántos más arcos mejor, pero también más tiempo de montaje.
A cada extremo de cada arco les metemos también los tacos de pared.
Seguidamente, cogemos las abrazaderas y, por medio de los tornillos, las sujetamos a los extremos de cada arco.
Terminados los arcos, con las formas hechas, solo tenemos que incrustarlos mediante las abrazaderas a los tubos extremos y dejamos todos los arcos unidos a los tubos rectos externos.
Nos queda ahora el tubo central, el que sujetará que los arcos no se muevan del sitio ni caigan hacia adelante o hacia atrás. Personalmente usé tubos rectos. dado que tengo 3 arcos, usé dos tubos y cada uno de ellos con abrazaderas de forma que pudieran sujetarse entre arco y arco por la parte superior de éstos. No es, en modo alguno, la única manera, ni tan siquiera creo que sea la mejor, otra posibilidad es usar 2 tubos ensamblados con los externos y los arcos, cada uno de ellos, hacerlos en dos partes de forma que sujeten los tubos rectos, de hecho, creo que de esta forma el tamaño al tener los arcos en dos partes será más reducido (pero también pienso que será más largo el montaje).
Con el armazón montado, solo resta ponerle la tela. La manera más sencilla es con pinzas, simplemente se pone por lo alto y se sujeta a los arcos con pinzas de sujeción fuerte.
Yo, sin embargo, tengo la suerte de tener una madre bastante apañada con la máquina de coser que me hizo un dobladillo en los extremos de la tela para que los arcos externos entren por él, pero, además, lo suficientemente estrecho para que sólo quepa el tubo, no la abrazadera. De esta forma, metí los tubos de los arcos extremos y luego las abrazaderas y así tubos externos y tela siempre van juntos, solo tengo que desenrollar el sistema, arquear los tubos para formar los arcos y ensamblarlos a los tubos rectos extremos.
Si sobró tela, algo más que conveniente, podría usarse para hacer las ventanas. Inicialmente, en mi caso, la tela estaba cortada para un tumbing-hide del estilo de tienda de campaña canadiense de una plaza. La idea para las "puertas" eran sendos trozos cortados que caerían por su propio peso, dejando la abertura central. Igualmente, aunque al final los arcos no fueron triangulares sino arqueados, cumplen perfectamente con su misión, cerrar por delante y por detrás.
Para finalizar, se le pueden hacer unas ventanas laterales, no muy grandes, y controlar lo que pasa a nuestro alrededor. Con redes miméticas conseguiremos ocultar más todavía el tumbing y, además, podremos dejar la puerta delantera abierta para tener más visión de lo que tenemos delante.
Una ventaja más de este sistema es que puede montarse sólo por la mitad (si es que la tela se puede quitar y poner fácilmente), Con sólo dos arcos, para una sesión rápida, podemos cubrir nuestro cuerpo que sólo nuestras piernas quedarán tapadas por el resto de tela. Para estos casos, en su momento, hice dos ojales en el final de tela para clavarla al suelo con dos piquetas si queremos evitar que se mueva con el viento.
Con esto tenemos un tumbing terminado, muy artesanal, seguramente muy mejorable, pero bastante barato de hacer, sencillo de montar, regulable en altura según lo que queramos doblar los arcos, muy ligero y fácilmente transportable.
Con variantes, he visto algunos parecidos, pero en lugar de usar abrazaderas usan codos de fontanería, algunos de los que permiten introducir un tubo y apretarlo, pero creo que se precisa más tiempo de montaje. En cualquier caso, éste es el mío.